21 nov 2006

Cuando “Cucusita” conoció al Sheriff

Cuando lo conocí ya no era más que la leyenda, el recuerdo del que fue el Sheriff. El señor implacable, el que “no comía cuento”, el que “primero daba y después preguntaba”, el mismo que le dió la bofetá a Carmín por romper la cinta métrica y el del eterno cuento de: “Roberto no va pa’ ningún lao', Roberto tiene trabajo, en fin, el de las historias de nunca acabar.

Pero a mí me tocó otro Sheriff, el de las historias del sofrito, el de los gallos, la lechona, el girasol en el patio, los dientes grandotes, el carrucho, los sándwiches de jamón y queso con el old colony de uva en la tiendita de Yeya, el de las aventuras y misterios con el baúl secreto de color verde que intrigaba a todos los nietos y el de los sobrenombres. Por cierto, fue él con su dis que “ignorancia” (y digo dis que, porque a falta de educación escolar, tenía Doctorado en experiencias y vivencias) el que me apodó “Cucusita”, confieso que nunca me gustó, de hecho odiaba ese apodo, ¡Pero era él !! ¡El sheriff!, no cualquier hijo de vecina, así que a el sí!! a el se lo permitía y en mi mente infantil, era un secreto que compartíamos el y yo y que hacia de nuestra relación, una especial.

En el apartamento 58 del bloque 4 viví parte de las experiencias mas gratas de mi niñez y me atrevo a decir que Loli, Bebé, Tello, Marielle, y hasta Lolita también. El apartamento 58 no estaba en ningún edificio exclusivo de Ponce y mucho menos en alguna urbanización, está en “Gandara” como le decimos todos, que no es mas que una barriada o residencial, de esos de gente sencilla y pobre, y no saben como me lleno la boca diciéndolo, hasta me pongo derechita y levanto el cuello de puro orgullo, porque simplemente ahí vivía el sheriff, de ahí surgió mi familia, "Los 12 Santiagos" y ahí viví mi lo mejor de mi infancia.

Cuando hablamos esporádicamente del Sheriff, los 12 Santiagos cuentan de un hombre que apenas conocí, pues como dije antes, otra fue mi experiencia y me atrevo a decir que la de hermana y primos. Y así quiero que quede en mis recuerdos, porque es lo único que nadie me podrá robar nunca, los recuerdos de mi abuelo mostrito.

Con abuelo aprendí muchas cosas, de esas que no te das cuenta en el momento pues suelen pasar inadvertidas, pero cuando reflexionas y recuerdas, son la mejor escuela que cualquiera pueda tener.
Aprendí con el sheriff y a punta de pescozones, que cuando hay peleas en la calle uno no va a averiguar (¿Te acuerdas Loli?), aprendí que uno nunca daña la propiedad ajena por vicio y lo aprendí bien aprendido, pues me tocó ir con un paño y agua con detergente a intentar borrar los muritos de “La Gandara” pues se me ocurrió decorarlos con “magic marker”. ! Aprendí a hacer sofrito! y así la manera “correcta” de pelar un ajo (Rosita si que sabe de eso), de quitarle los tallitos a los mazos de cilantro, a apreciar las mejores sopas de todo el mundo (en especial la de carne) y a trabajar en la cocina; realmente creo que con el nació mi gusto, paciencia y “talento” para la cocina. Aprendí muy bien y a son de regaños a no jugar con el “Dinamo” diciéndole a Lolita que era “polvo mágico” y derramándolo en el piso, entendí también lo chismosita que era Lolita así que nunca mas le mostraría mis hazañas con el “Dinamo” en casa de “welo”. Aprendí en enrollar una manguera, a no hacer ruido cuando Titi Mily dormía, a ver la lucha libre y algo que nunca olvidaré aprendí que a veces hacemos cosas que no nos gusta hacer, para bien de otro, cuando cada mañana me dejaban con el y me obligaba a comprar pan en la tiendita de yeya, para que cuando mi hermana llegara de la clase de guitarra (que por cierto nunca tocó) tuviera pan que comer, entonces solo así, después de comprar el dichoso pan, me dejaba dormir en su cama (por cierto, la mas rica del mundo) y prender el abanico que se negaba a morir y que sonaba como hélice de avión, hasta que yo quisiera.
Y es ahora, después de muchos años que recuerdo que Loli casi nunca comía del pan que el me hacía ir a comprar cada mañana, pero cada vez que me levantaba de la siesta en su rica cama, se sentaba conmigo a comernos el pan que supuestamente sería para mi hermana. Y así, después de no recuerdo cuantos años, es que veo la manera tan simple y hermosa en que mi abuelo, el implacable sheriff, me demostraba su cariño. Y es por eso que escribo mis recuerdos sobre el, porque los recuerdos son lejanos y con el tiempo se alejan mas y aunque mi amor por el no desvanece como los recuerdos, me encantaría que los próximos Santiago conozcan de cuando “Cucusita conoció al Sheriff”.

Por último, Santos Manuel Santiago Irizarry estaba muy lejos de la perfección tal vez como cualquiera de nosotros o más, no sé. Su realidad fue distinta a la de muchos y no intento “beatificarlo” cada cual es dueño y responsable de sus actos, y como dice Carmin "cada cual cosecha lo que siembra", yo, por mi parte, elegí quedarme con el abuelo mostrito, coseché lo que el sembró en mi vida y como dueña de mis actos, decidí quedarme con los recuerdos que me alegran, me enorgullecen y me hacen sentir dichosa de haber tenido un solo abuelo. El sheriff.

Así sin más, “Cucusita”

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno, no se si esto se publicará algún día... o si siquiera te llego o no... y estar perdiendo mi tiempo en vano, tratando de escribir con la más máxima de mis rectitudes, haciendo un esfuerzo desmedido, como aquel esfuerzo que hizo Frodo por que no le quitaran el anillo y de todas maneras se lo volarón...
Despúes de todo lo que lei, ya entrando en cosas más serias... a cambiado mi perspectiva asia ti, sinceramente no creí que fueras tan humilde como parece que eres y tampoco creí... jamás que tuvieras ese "toque" de escritor o más bien "redactor de vivencias" -_-'...
Personalmente sabes que detesto leer... pero este tipo de cosas pues como que me agradan más, aunque dejame decirte que hubo bastantes terminos "rebuscados" que no entendí, es tanta mi ignorancia que me quede en las "palabras básicas de la lengua española"... nivel 1 (amateur), tu vocabulario ya es como nivel 9 (master-pro), ja! >,>'...
Y que bueno que tengas esos recuerdos de tú abuelo... yo no tuve la suerte de conocer "mucho" al mío... solo a uno de los dos que tenía y pues... si lo quería mucho pero tengo recuerdos feos (tristes) de el, no es por que sea mala onda!, si no por que... en la forma en que el se murió creo que no era la que merecía pero bueno...
Y pues querida Castula realmente me alegra que seas una persona tan sencilla y que no te de pena reconocer de dónde vienes... ya que algunas personas, tu sabes... se averguenzan de todo pero bueno y pues... mis más grandes respetos por tí y espero con ansia tu siguiente publicación ya que por lo visto, soy tu única lectora!... por el momento, despúes ya te vas a cotizar como escritora por todo el globo terraqueo y te vas a olvidar de los que TE HICIMOS! famosa... bueno sin más ni menos, me despido

Anónimo dijo...

Que cosa que hoy precisamente quiera “comentar” en tu blog y no por q no sea de mi agrado o no me importe, simplemente así es la vida. ¿Qué te puedo decir que no hallas dicho del “sheriff”? comparto muchos de tus recuerdos que también fueron mis vivencias y me guardo otras como vinculo de amor. Me parece más que interesante la dinámica que se desarrollo estas navidades con tu blog y nuestro afán de recordar al “sheriff” como ejemplo vivo de valor y respeto en nuestras vidas (gorras S12). Cada vez que alguien lo leía era como una catarsis para mi ver su reacción y entrar en el clásico “te cuerdas de…” son esas pequeñas cosas las hacen en mi orgullo el mismo efecto de la levadura en el pan y que rico se siente, por q como bien dicen: “recordar es vivir” y que mucho vivimos nostras si es así. Que siga siendo el amor, el orgullo, la pasión y la admiración la cuna de nuestra admiración familiar… S12 y todas las generaciones existentes y venideras.