28 nov 2006

Vigorexia


Hace unos meses hablaba con una amiga, compañera de estudios sobre temas para un trabajo investigativo y surgieron los de siempre en la facultad de psicología, pero queríamos algo diferente, al menos que no lo hubiéramos visto mas de 2 veces a lo largo de la carrera y surgió el tema de la vigorexia. En ese momento no había escuchado hablar del tema y me atrevo a decir que aún -al menos en Puerto Rico- es un tema poco conocido para muchas personas.

Harrison G. Pope de la Facultad de Medicina de Harvard junto a colegas de otras universidades fueron quienes denominaron como vigorexia a un trastorno mental relacionado con la adicción a la musculación excesiva, que descubrieron estudiando el uso y abuso de esteroides anabólicos en los fisiculturistas. La primera vez que habló sobre el trastorno, Pope lo nombró “Anorexia Reversa” pues era como la anorexia, pero al revés porque mientras que en la anorexia se busca obsesivamente la delgadez con la vigorexia se busca de la misma forma el volumen de masa muscular.

La vigorexia no es estrictamente un trastorno alimentario pero se considera una psicopatología alimentaria porque comparte la patología de la preocupación obsesiva por la figura, con la distorsión del esquema corporal (dismorfofobia) típica en los trastornos alimentarios como la bulimia o anorexia nerviosa.

Y precisamente por esto es que Pope dice que:

“la vigorexia está relacionada con el desorden obsesivo compulsivo. Y que, probablemente, existe cierta predisposición biológica que hace que ciertos hombres sean más obsesivos que otros. En el trastorno obsesivo compulsivo clásico, la gente lava sus manos trescientas veces al día, por ejemplo. Esto es lo mismo, sólo que en vez de existir una obsesión por la limpieza y una compulsión por lavarse las manos, hay una preocupación por los músculos y una compulsión por levantar pesas y comer proteínas".

Ahora bien, entre las causas o detonantes de la vigorexia está el bombardeo por los medios publicitarios y la idea de muchos hombres de que la perfección y belleza masculina está en la cantidad de músculos que tengan, mientras más, mejor.

La verdad, me es irrelevante la musculatura en los hombres y de hecho una musculatura exagerada me parece ficticio y grotesco, pero bueno, cuestión de gustos. Cada vez es mas normal ver ese prototipo de hombre musculoso, bronceado ( que para mi se ven anaranjados como los enanitos Umpa Loompa de Willie Wonka), depilados y de sonrisa de concurso de belleza, en los medios de difusion masiva. Pienso entonces que hay que aprender a aceptarse y mirarse uno como individuo y no intentar verse como pieza de un rompecabeza en el que hay que encajar a fuerzas. Imagínense, -uy que miedo =S- un ejército de Arnolds Schwarzeneggers dominando el ideal de belleza por el mundo =p.

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