6 jul 2008

En la Santiagoaventura de hoy...





Con la barriga llena, (una linda piscina, una gigante familia) y el corazón contento, es mucho más fácil bloggear las “Santiagoaventuras” de éste Julio que pinta y va, mucho mejor que el del año anterior, eso de seguro.
Como sabrán, desde mis ojos nada es común, nada es normal; y si esto incluye a mi familia, Los Santiago, la mafia, “Los S12”; normalidad y rutina es lo menos que se espera...


5 de Julio de 2008




en la aerolínea) la hora de salida de nuestro vuelo era: 7:15p.m. Una persona normal, coherente y en sus cinco sentidos, seguramente llegaría al aeropuerto a un tiempo razonable para satisfacer la burocracia y otras estupideces que normalmente disfrazan de seguridad en los aeropuertos… esos actos “coherentes” ¡NO existen en mi familia! NO, cuando tienes como padre a un exmilitar con extrema fijación por la puntualidad y las normas. A las 4:35p.m. ya habíamos cumplido con nuestro deber ciudadano y cortés de saltar de una en una estación de seguridad, registro e inscripción. Paseamos los pasillos del aeropuerto, criticamos las estúpidas modas de gringos vacacionistas, las respectivas visitas al baño, en fin, el montón de cosas es que se entretuvieron mi hermana y mi mamá, mientras yo navegaba la diabólica red.

Ya dentro del ave mecánica y con un cielo ridículamente hermoso, no quedaba mucho por hacer y demasiado que pensar; así que saqué mi cámara, mi iPod, mi libro, mi cartera (no muy pequeña) y una pseudo tranquilidad que engañaba a cualquiera; todo esto sobre una mesita tan frágil y pequeñita, que parecía que la sostenía mi empeño férreo por llegar viva y sana a tierra gringa. Ni decir que utilicé todas y cada una de las artimañas sobre la dichosa mesita y que funcionaron muy bien… ¡hasta que llegó la turbulencia!


Medio minuto que pareció una hora, medio minuto que me dio tiempo de intentar rezar y de sentirme una hipócrita por haber rezado..¡Bendita ambigüedad!

Y a son de unos cuantos aplausos tímidos, (el boricua es cosa aparte) pisamos suelo gringo y mis expectativas “vacacionales” encontraron suelo fértil donde crecer y echar raíz. Nos recibieron con amor, igual que siempre. En un hogar camaleónico, que fácilmente se confunde con el montón de casas que la rodean, la misma fachada y la misma pintura; pero una casa en la que apenas entras se convierte en un hogar cálido, dulce y tan boricua que hasta te olvidas de donde estas.

Después de los saludos, chismes, recorridos, regalitos, y cenita ligera de rigor, las aguas volvieron a su cause y medio volví a mi rutina nocturna…. Todos durmiendo de madrugada mientras yo navegaba la diabólica red.




4 jul 2008

¿Te gustan los hospitales? ¡A mi no!


No me gustan los hospitales, los detesto, así de simple, así de frío; precisamente por eso, por fríos, por ese olor a dolor ajeno que termina haciéndote recordar el dolor propio. Existen en el mundo pocas razones que sean suficientemente válidas para hacer que pise uno de esos edificios donde se mercadea la salud y el dolor de las personas -sin distinción de ricos o pobres- y entre estas están: ir por obligación, coacción o por acompañar a alguien que quiera tanto, que no me importe pisotear mi tedio, alguien como Doña Carmín –mi mamá-.

Nuestra visita fue rutinaria -para ella- no hubo nada fuera de lo común y su males están bajo control; pero para mi fue muy pesada y es que constantemente recibo estímulos y mensajes que me ocupan hasta llegar a aturdirme; vienen de todo lo que veo, lo que respiro, lo que escucho, lo que siento, lo que pruebo; lo que vivo en fin y lo que en medios de mis a veces largos silencios, funcionan como detonadores y logran que mi cerebro viaje a mil, razone a mil, se cargue a mil y me sobrecargue a mí.

Apenas pisar la oficina del cardiólogo sureño comenzaron los clichés -Ay, como los adoro- un consultorio lleno de viejitos quejumbrosos y peliblancos, que purgan esas penas que viajan tormentosas desde el pasado, viejitos peliblancos que en medio de la soledad que muchas veces los caracteriza, invierten su tiempo con todo el fervor que les queda, en visitar doctores con la esperanza de que les devuelvan la salud que les robó inclemente el tiempo.

Doña Carmín no pertenece a ese grupo, no aún. Pertenece al otro, al de lo más jóvenes, esos que visitan al doctor sureño porque terminan siendo víctimas de sus genes, y del historial cardiaco familiar.

Nada mas salir de ahí y caminar por los fríos y aburridos pasillos del hospital hicimos una parada que terminó por sobrecargar mis emociones, de repente frente a mí y en un cuartito improvisado en sala de emergencias, estaba ella “La Tía Regina”, confieso que conocía el nombre de “La Tía” pero solo eso, no a ella y fue reciproco porque ella tampoco me reconoció a mi y al parecer Doña Carmín caminaba conmigo en el dúo de las irreconocibles pues tampoco a ella la reconocieron. Sin planearlo nos convertimos en ecuación matemática: Yo no conozco a “La Tía”, “La Tía” no me reconoce a mí , Doña Carmín reconoce a “La Tía”, pero la “Tía no la reconoce a ella, por lo tanto, Doña Carmín es la única que conoce a todas, así que le tocó presentar ¿Inmediatamente? (momento para carcajearme) -No sería Doña Carmín si lo hubiera hecho- Pues no, fue hasta después de las debidas aclaraciones de que número en la lista de hermanos, hacía Doña Carmín, después de aclarar que no era Tereza y que tampoco era Mily -la del nene- que “La Tía” no se si por cansancio o por no hacernos sentir mal y salir del paso, dijo: “Ah si, Carmín” mientras degustaba sonoramente una cosa pegajosa que le dieron de comer en ese centro mercader de angustias.

De repente mientras hablaban “La Tía” y la sobrina, yo de cuerpo presente pero mente viajera tuve una sensación muy extraña, como si viera desde afuera, como si no estuviera en mi cuerpo y no perteneciera a ese grupo de mujeres; me abrumó el parecido físico de Doña Carmín con “La Tía”, me abrumó volver a tierra y saberme en reunión y formando parte presente de tres generaciones de mujeres y de ver como el tiempo desgasta, no solo el cuerpo sino la mente. Como la vejez es cruel cuando arrastra consigo soledad.

Me asustó mucho ver en “La Tía” el reflejo de mi mamá y verla tan frágil. Doña Carmín es una mujer fuerte, muy fuerte, de temple y energía, mas no de carácter porque la rodea una dulzura no tan común en su familia y casi inexistente en mí. Así delgadita y de apariencia frágil es el pilar de mi casa, de mi amor, de lo que soy y de lo que seguramente seré.

Se apoderó de mi el egoísmo decidí que Doña Carmín jamás llegaría a estar en la posición que está “La Tía” sin otra razón que no fuera que no me daba la gana, que mi mamá jamás se iría y que esos tiempos de fragilidad no llegarían.

Un ratito después, al ver que la “delicada” Tía se había quitado el suero, regañoneaba a diestra y siniestra y mandaba saludos a la familia, reí para mis adentros y pensé: ¡Ya se a donde pertenezco! Entonces y solo entonces liberé a Doña Carmín de su obligación desconocida de tener que estar bien para siempre, y envié el mensaje al universo.

Sólo quiero que sepa si es que algún día lee esto, espero estar siempre ahí para acompañarla en su camino y que viejita, arrugada, peleona y quisquillosa la amaré igual o más que ahora.

Y así con “La Tía” diciendo que nos agradecería nada a nosotras sino “Al Señor” nos despedimos caminando juntitas por los fríos y pálidos pasillos del hospital directo a la casa.

¿Habrá que volver pronto? ¡Espero que no!









3 jul 2008

Melón revive muertos...


Disfunción Eréctil? No se traumatice caballero o dama (sufrida) que me lee, no vaya al chamán, a la bruja, al sacerdote, no tome pociones revive muertos, ni siquiera rece el santo rosario por el levantamiento de los caídos, solo coma sandía.

¡Así es, coma sandía!

Y es que según un artículo que me leí hoy en Primera Hora, un ingrediente llamado Citrulina, hallada en la pulpa y la corteza de las sandías, reacciona con las enzimas del organismo al ser consumida en grandes cantidades y se trasmuta en arginina, un aminoácido que beneficia el corazón y los sistemas circulatorio e inmunológico.

¿Qué tiene esto de relación con los efectos de la Viagra?

Pues que según Bhimu Patil, investigador y director del Centro de Mejoramiento de Frutas y Verduras de la Universidad Texas A&M "La arginina estimula el óxido nítrico, que relaja los vasos sanguíneos, el mismo efecto básico de Viagra, para tratar la disfunción eréctil e incluso prevenirla", dijo también "Puede que la sandía no sea tan específica como Viagra, pero es un gran modo de relajar los vasos sanguíneos sin ningún efecto secundario".

Por si las moscas, a atascarse de sandía, total que es rica, natural e inofensiva.

Link al artículo completo

Imagen de: flowkradd

2 jul 2008

Delirio, delirio dulce delirio.


“No sé si habrá sido tu amor el que conquisté entre los automóviles de mis mil y un novios, padre, no sé si habrá sido tu amor o si habrá sido tu castigo”




"Me fascina la textura que adquieres en el recuerdo, lisa y resbaladiza y sin responsabilidades, ni remordimientos, algo así como acariciarte el pelo, la pura sabrosura acariciarte el pelo siempre y cuando eso pudiera hacerse sin consecuencias, mala pasada nos jugó Dios con eso de que una cosa leva a la otra hasta que se forma la endiablada cadena que no para; te juro que el infierno debe ser un lugar donde te encierran con tus consecuencias y te obligan a lidiar con ellas"



“Por eso desde entonces te ha dado por hacerte la loca, para obligarnos a reconocer que eres de carne y hueso y a aceptarte con todas tus consecuencias”



Delirio, delirio dulce delirio.

Es el nombre de mi más reciente extravagancia vacacional, largos periodos de ocio donde leo y viajo. La verdad es que si intentara contabilizar las horas de vuelo que me permiten los libros ya le hubiera dado la vuelta al mundo en mas de una ocasión. Y bueno, a fin de cuentas, eso que más da, ¡Al grano!

Una novela, elocuentemente escrita por Laura Restrepo, una reimpresión del 2005, pero que en su nacimiento al mundo en el 2004, ganó el premio Alfaguara de novela del mismo año.

La mejor forma que se me ocurre para llamar la atención a leer un libro es citar las frases u oraciones que capturaron mi atención y aquí presento algunas.

Debo confesar que al iniciar la lectura de la novela, me llevó algo de tiempo y algo más de insistencia para no cerrar el libro e irme a ver televisión. Me alegro de no haberlo hecho, mal juzgué a la autora (desconocida para mi) por el lenguaje simple de la narrativa, demasiado simple me pareció al inicio. Al recorrer de las letras descubrí precisamente la hermosura que radicaba en esa sencillez pues es lo que te permite como lector no terminar más loca que Agustina, la protagonista de la historia.

Una historia que viaja en tiempo y espacio, donde no hay un solo narrador, sino varios que en algún punto se entrelazan con variados, locos, irracionales y hermosos matices que identifican bien cada personaje.

En lo personal, disfruté mucho los enredos, las manías, los viajes mentales de la protagonista y los narradores, disfruté el tiempo y la actualidad del escrito y admiré mucho la forma en que te vuelves parte de ese “Delirio” que compone la novela y que la hace ser.

Y si es que de algo vale esta humilde opinión, se las recomiendo.




Sabiamente, Henry James siempre les advertía a los escritores que no debían poner a un loco como personaje central de una narración, sobre la base de que al no ser el loco moralmente responsable, no habría verdadera historia que contar

-Gore Vidal-

Otro boricua feliz!


¡Créalo o no! De nuevo “salimos” en el TOP de los países mas felices del mundo, así como lo lee, si es usted puertorriqueño(a) entérese de que vive en el segundo país mas feliz del mundo entero y en el primero de toda Latinoamérica.

Pero analicemos:


¿Quién dice esto?

Un montón de ociosos sin oficio ni beneficio, que publican un estudio divulgado ayer por el Instituto de Investigación Social (ISR, por sus siglas en inglés) de la Universidad de Michigan, donde supuestamente desde 1981, el ISR se ha dedicado a analizar el nivel de satisfacción general con la vida en un número significativo de países.

¿Cómo eligen al “dichoso” país y que se toma en cuenta?

¡Si, acertó, La libertad! que se erige como el principal motivo de felicidad mundial, además de otras hierbas alucinógenas como la democratización (¡ja!) y la tolerancia (¡ja, ja!) creciente (¿?) tienen más impacto que el crecimiento económico.

“Los resultados muestran claramente que las sociedades más felices -anotó Inglehart- son aquellas que permiten que las personas tengan la libertad de elegir cómo vivir”.

Como ejemplo, el científico citó las normas sociales tolerantes y los sistemas políticos democráticos de Dinamarca, Islandia, Suiza, Holanda y Canadá, los cuales se encuentran entre los diez países más felices del mundo.

En las sociedades subdesarrolladas, el estudio muestra que la felicidad de estas comunidades está estrechamente vinculada con la solidaridad del grupo, la religión y el orgullo nacional.


¿Y a que conclusión llegaron después de tantísimo esfuerzo?

Ronald Inglehart, científico de la Universidad de Michigan y director de esta encuesta mundial señaló en un comunicado que la investigación tuvo “una conclusión sorprendente”, ya que “en general se creía que era casi imposible elevar el nivel de felicidad de todo un país”. (¿huh?)


¿Y que opina Atenea?

Me pregunto en cual de las dos categorías obviamente divididas clasificaron a Puerto Rico, en la sociedad tolerante y de sistema político democrático o en la sociedad que basa su felicidad en religión y orgullo nacional. La primera opción suena mas tentadora, mas “ad-hoc” con los tiempos, es simplemente ideal… si fuera cierta, porque para hacerla cierta tendrían que desaparecer a los miles de habitantes gays a los que no se les reconocen sus derechos (supuestamente inalienables), tendrían que desaparecer la espeluznante alza en suicidios, el famosísimo gobierno compartido, las acusaciones a un gobernador inepto, el cierre del gobierno… en fin, no terminaría la lista.

Entonces, descartada la primera opción, la segunda no me parece tan atractiva, no se, cuestión de ego tal vez, eso de tener que aceptar lo de “sociedad subdesarrollada” para entender desde ahí la felicidad de un país entero. ¡Nah! Generalización, burda, fea y ofensiva, así que al diablo ambas.

Pero el caso, señoras y señores no es echarle tierra al país, es intentar hacerle ver que si existiese una definición clara y certera de lo que es felicidad, un estudio de pacotilla hecho por científicos graduados de la Universidad de la Vida, no se lo va a decir.



¿Dónde quedó tu país? (escala mundial)

Dinamarca (1)

Puerto Rico (2)

Colombia (3)

El Salvador (11)

Guatemala (17)

México (18)

Venezuela (23)

Brasil (30)

Argentina (32)

Uruguay (39)

Chile (41)

República Dominicana (42)

Perú (61)


"Gracias" a Primera Hora

1 jun 2007

-Yo-

Viajo, de la realidad a la fantasía sin detenerme a pensar, a temer; con la libertad de la insolencia juvenil, con el valor del cinismo nato que si no se aprovecha muere con los años.

Vivo, vivo siendo libre en mi, en orgullosa y prepotente anarquía, en dictadura y como dueña absoluta de lo poco que soy siendo y de lo mucho que soy soñando, aunque parezca anclada a una absurda cotidianidad terrenal que me hunde como si en arena movediza anduviera. ¡Vivo!, en la simpleza de mi complejidad, enredada en telarañas pegajosas de vivencias, de miedos y de alegrías.

Pertenezco, a ningún lugar, a ningún pensamiento, a ninguna persona y a ningún motivo. Pertenezco sin pertenecer, pertenezco sin haberlo pedido y a su vez, por convicción, decidí no pertenecer.

Invento, invento la mentira que es realidad y que se esfuma con explicaciones y reclamos. La mentira que es tan real mientras quiera creer, la mentira que está tan viva como lo está muerta. La mentira que me sincera con el mundo, la que me hace ser y morir.

Quiero, quiero todo y quiero nada, esa paz y ese escándalo. Quiero la vida y la muerte, el deseo y la tenencia, la ignorancia y el conocimiento. Quiero la locura de recordar y no olvidar aunque mañana quiera olvidar lo que recuerde. Quiero la simpleza que tuve, sin dejar la complejidad que tengo, quiero la inocencia que transmutó perversa en mí y ¡por los cielos! quiero saber como se es siendo, sin sufrir

¡Soy!
¿Eres? Soy quien no soy, quien no quiero ser, quien no quise ser… mientras era.
Soy, todo y nada, soy lo que odias de ti y lo que amo de mí, soy… mi libertad y soy mi cárcel.

9 mar 2007

De Graciela a Engracia


Llamarse Engracia en este mundo cruel no es tarea fácil, conozco muchas que no hubieran podido con la carga, pero también conozco una que no sólo pudo con la carga, sino que lo hace con orgullo. Asi, que no me queda más opción, que decir que todo es cuestión del destino y que ese nombre estaba asegura’o pa’ esa persona de la que les voy a relatar.

Me entenderán cuando les cuente que… ¡Gracielita iba a ser su nombre!, pero miren si es terca la vida e incierto el destino, que juntos conspiraron para que un padre –seguramente harto de haber tenido que inscribir tanto muchacho- y una empleada del registro civil, que mas que servidora pública era dictadora, rebuznó que Graciela no era un nombre, pero Engracia sí. Esto si debe haber servido como una prueba irrefutable de que ese nombre estaba predestinado para Engracia, porque el sheriff nunca dejaba que nadie le dijera como era que se hacían las cosas; tal vez tenía apuro o no quería pelear con la empleada, así que sin discusión la pequeña Graciela pasó a ser Engracia a la vez que constó en el registro civil ponceño y nadie pudo hacer nada.

Deberán saber que un nombre tan especial no podría desgastarse por ahí si ton ni son hasta perder su encanto, así que Engracia, pasó a ser Chela y hasta el sol de hoy, así le decimos todos.


Yo no estuve ahí para ver a Chela crecer, pero las historias de ella si me acompañaron mientras crecía. Hay muchas cosas que pueden decirse de ella, créanme, pero yo hablaré de las que me constan y las que sean relevantes a mi propósito de que permanezcan los buenos recuerdos.

Chela fue temeraria desde la infancia, que mejor ejemplo que cuando peleó ferozmente en la cancha de Gándara y terminó triunfante y victoriosa; el orgullo del triunfo le duró lo mismo que el tiempo que le tomó volver a la casa, donde la recibió Rafin con una “galleta” porque las niñas no pelean en la calle. Lo temerario no precisa en el acto de pelear en si, sino en que esa bofetada tal vez fue la precursora de varias que recibió Chelita. ¿Verdad tití? :)

Chela tiene muchas cualidades, entre ellas tiene una que admiro mucho; es muy trabajadora. ¿Adivinan que historia viene por consecuencia? ¡Sí! Esa misma; “Un sándwich pa’l muchacho”…
Es que tití ha hecho de todo en ésta vida; la tiendita de dulces, el supermercado, el telar, el Centro San Miguel, el trabajo en la oficina del cardiólogo papá de las cangrimanas y ahora en San Lucas. Como lo prometido es deuda hablemos de su ardua y honrosa labor como dependienta de la guagüita de sándwiches del sheriff.
Chela era famosa realizando esa labor, ¡Si! Dije famosa y no precisamente por su carisma inigualable o su paciencia inquebrantable, sino por su prominente escote y la libertad de remeneo con que atendía. Imaginan por que? Exacto ¡Porque no se ponía brassiere!
Y tanto va el cántaro al río hasta que se rompe (o algo así dice el dicho) que por azares del destino (nuevamente), Chela se topó con su Mayimbe. Cocolo hasta la médula pero con un look de merenguero que trascendió tiempo y espacio, Jossie, emigrante de Playita Cortada, Santa Isabel llegó a la Gándara a alborotarle la hormona –y la vida- a Chela. Y ella con su constante contoneo, propio de la libertad pectoral que prefería y la voz mas melosa que fuera capaz de crear, le decía al Sheriff:
“Un sándwich pa’l muchacho”- El resto, es historia.

A Chelita le debo mucho, hasta la vida. Así como lo leen, gracias a Chela, a Jossie y al súper veloz “Champ” de interiores azul -y un extraño y diminuto abanico que no recuerdo si alguna vez funcionó- que fueron a mi rescate mientras convulsaba por razones aún desconocidas. Gracias tití, por eso y por tantas cosas más que aprendí sino de ti, por ti. ¡Como a leer! Que colegios ni que colegios, apuesto a que la mitad de los niños que digo de éste país, ¡Del mundo! Aprenderían a leer antes de terminar kinder, si hubieran descubierto el cajón secreto de los “gufeos” y “vacilones” en la casa de su tía.
Las escuelas no necesitan más y mejores maestros… ¡necesitan gufeos y vacilones! Ves tití por ti y tu casa inicié una práctica que aún conservo, la lectura.

Ahora bien, no solo me salvaste la vida y fuiste la vía para mi aprendizaje a temprana edad sino que me enseñaste algo que no olvidaré mientras viva:


La belleza duele y las uñas postizas son una pérdida de tiempo


Me lo enseñaste con inteligencia, aquella tetrica tarde que a la tribu de pubertas de la calle 8 les dio por ser bellas y exquisitas y colocarse uñas postizas. Chela muy dispuesta aceptó hacer el trabajo de manicurista, lo que no sabíamos ninguna de las pubertas, era que estábamos entregándonos inocentemente a la mercenaria de tití y a sus mas torturantes métodos, Chela no nos pegó las uñas falsas, Chela las incrustó –literalmente- casi hasta la mitad del dedo haciedo que tuvieramos la sensación de que la cutícula nos llegaba casi hasta el nudillo. Demás está decir que ninguna pudo dormir y quedamos inútiles por el resto del día. No recuerdo haberle pedido de nuevo a tití que me ayudara a ponerme uñitas postizas.

Tengo muchos recuerdos bonitos, Chela siempre me dejaba estar con ella cuando cocinaba aunque botara a los demás de la cocina. Mi labor era y sigue siendo -cuando la visito- el de “catadora oficial” de sus inventos y sus clásicos gastronómicos. Nunca me dejó ayudarla en el proceso en si de cocinar - mi ayudaconstaba en pasarle de la alacena los productos y/o utensilios que necesitara-, pero le gustaba –y a mi también- que la acompañara mientras cocinaba y preparaba sus ingredientes y ahí hablábamos mucho, teníamos conversaciones eternas de calquier tema, en especial de la familia y sus recuerdos de la cocina con el sheriff, muchas de las veces me contaba las historias que Carmin nunca recordaba. Recuerdo con nostalgia los días de lluvia y relámpagos que me daban tanto miedo y tití iba a la escuela y nos buscaba a mí y a Lolita, nos hacía empanadillas y nos dejaba ver muñequitos en su camita siempre fría y con olorcito a "Tuscany" en la almohada de ella.

Y finalmente Chela es responsable de mi religiosidad infantil, es más, ella y yo éramos compañeras beatas de los rosarios familiares (que clase par), me enseñó la oración de la familia y eso fue muy importante para mí porque era una tradición, me sentí elegida y con una responsabilidad diferente a la de los otros primos; también luchaste porque aprendiera a manejar el rosario, pero te confieso que nunca lo entendí bien y ya ni si quiera me acuerdo como es que se usa. Pero todo esto iba mas allá de rezar o no, del rosario o no, era cuestión de estar en familia, de pertenecer a ustedes y de que el sheriff estuviera orgulloso de mi.

Tití nunca se cansó de decirme “negra” y yo me cansé de querer que no me dijera así, ahora es parte de mí, de mi identidad y si no me dice así, lo extraño. Chela, gracias por formar parte de mi vida, por elegir tratarme como a otra hija (incluyendo las peleas, que no son pocas) y simplemente estar ahí. Te agradezco no porque me lo hayas pedido alguna vez, sino porque creo sinceramente que uno toma decisiones y elije muchas cosas de su vida que lo afectan, pero que también afecta a los demás; tu elegiste quererme y por eso te agradezco. Así , de la misma forma espero que esto que lees, sino te alegre un poco, te haga saber y estar segura que te quiero mucho y que eres muy importante en mi vida.

Y así muchas, demasiadas otras aventuras entre Chela y esta negra que les relata, que espero no olvidar pero que si sigo contando nunca terminaré.

Gracias de nuevo,

Maru

P.D. Chelita, esto no se me olvida nunca:


"Que sueñes con los angelitos,

la vírgen María y el señor San José.

Tití te quiere y te ama"



Este es mi segundo relato de “Memorias de una familia gandarística”. El primero que dedico a alguno de los 12 Santiagos. Pero a diferencia de mi primer relato, donde no pude dedicárselo a mi abuelo en vida y que supiera lo orgullosa que estaba –y estoy- de él y de la infancia que viví a su lado, me propuse relatar las memorias que adquirí y conservo a través de todos estos años, con mi familia y que ellos lo vean. El proceso no es fácil, ni compulsivo, a veces conlleva momentos de catarsis, de tristeza, de alegría, de frustración y de mucha nostalgia. Pero mi familia es tan importante para mí, que más que pretender honrarlos momentáneamente o beatificar sus acciones, quiero que consten mis recuerdos en sus vidas, que trasciendan de las conversaciones en la cocina y las fiestas familiares, que cada uno de ellos sepa que considero que ser parte de ésta familia no es fácil, pero me encanta.

El orden en que escribo, no establece la prioridad que tiene cada uno en mi vida, así que no quisiera que sientan lo contrario. El deseo de escribir me surge espontáneo y así quiero que continúe. Todos y cada uno de los Santiagos forman parte del todo que es mi vida, por poco o mucho que parezca. Y aunque conozcamos cada uno los defectos de los otros, mi propósito no es enumerarlos porque los sabemos de memoria, son las virtudes y recuerdos gratos a veces se van al olvido injustamente y sin opción de retorno. Para ustedes y para mi es esto. Gracias por ser mi familia.

Los ama,
Maru